Una Cruz grande y solemne con Crucifijo, con la terminación críptica de las ramas, sirve como metáfora del paraíso. La corona Imperial en el contenido de la oreja se correlaciona con la inscripción "Rey de la Gloria", que caracteriza a Cristo como el vencedor de la muerte. En el medallón ornamentado con adornos vegetales en el Reverso, la oración " que Dios Resucite...".